Ma. A. Areli Piña Ramírez
Australia, un país con una fauna muy variada y con muchas especies endémicas, ha sufrido una cantidad exorbitante de incendios en el último cuatrimestre de 2019. Se estima que esta catástrofe ha causado alrededor de un billón de muertes animales (Zaveri & Rueb, 2020), siendo una situación de gravedad y, por lo tanto, de gran importancia. Sin embargo, no es la única secuela con la que el país debe lidiar, también lo es la contaminación del aire, degradación del suelo a falta de cubierta vegetal y el tema de interés de este artículo, afectaciones relacionadas con el agua.
Una de las primeras posibles consecuencias es que, después de la gran pérdida de flora y disminución de humedad en el suelo a causa de los incendios, este se compacte y; al hacerse menos permeable, evitaría el crecimiento adecuado de nueva vegetación en la región, misma que es indispensable para la filtración de agua al subsuelo. Además, si después de la temporada de sequías llegaran lluvias intensas, es posible la aparición de inundaciones. No obstante, una situación favorable con la que cuentan los australianos es el suelo arenoso en la mayor parte de su territorio, además de una fauna con características apropiadas para soportar cierto grado de afectaciones. Por consiguiente, el mejor escenario para la región australiana perjudicada sería que, su estación lluviosa fuera ligera y prolongada para poder absorber las precipitaciones adecuadamente; aunque, datos meteorológicos[1] de años anteriores muestran una tendencia totalmente contraria, con lluvias de corta duración y de mayor intensidad, un desfavorable augurio a la ya desventajosa situación.
Por otro lado, los incendios forestales también representan una grave amenaza para la calidad del agua potable porque pueden dañar la infraestructura de suministro. Asimismo, pueden deshabilitar procesos de tratamiento del agua, como la desinfección con cloro. Por tal motivo, una de las recomendaciones de protección para los habitantes afectados en algunos pueblos de Australia (en el área de New South Wales), fue hervir el agua antes de utilizarla para las actividades cotidianas (Khan, 2020). El agua de lluvia puede verse afectada también ya que recolecta las partículas suspendidas en el aire provenientes de los incendios, contaminando así los ríos.
De igual manera, otro problema a considerar y unido al antes mencionado es la contaminación de cuerpos de agua a nivel superficial o subsuperficial, este es el caso de las cuencas donde hay captaciones de agua potable. El impacto puede ser observado mayormente cuando ocurre una tormenta fuerte, este evento provoca un arrastre de las cenizas y sedimentos concentrados en los suelos erosionados de aguas arriba hacia las fuentes de captación aguas abajo, excediéndola en concentración de nutrientes y complicando su tratamiento en plantas (Khan, 2020). Con relación a esto Pickrell menciona, “cuando una gran cantidad de cenizas llegue a ríos, presas y eventualmente al mar, probablemente contaminarán los suministros de agua y matarán la vida silvestre acuática” (Pickrell, 2020).
(Imagen por Gordon Johnson)
Por todas estas posibles secuelas atribuidas a los incendios suscitados, la Iniciativa del Gobierno Australiano oportunamente apunta que los incendios forestales tienen el potencial de degradar la calidad del agua y alterar la dinámica de los ecosistemas fluviales, de maneras mucho más complejas de lo que se puede llegar a pensar. De este modo, el ciclo hidrológico puede alterarse, afectando completamente todo lo relacionado con el ecosistema existente y por ello la necesidad de que el Gobierno de este país oceánico actúe con un manejo consistente de estrategias efectivas, para recuperar lo perdido y proteger lo que aún se tiene.
En el contexto de cambio climático, es difícil dejar de ligar este terrible desastre ocurrido en Australia con el calentamiento global, puesto que siendo uno de los países con mayores emisiones de gases de efecto invernadero per cápita del mundo (BBC News,2020), la relación es casi innegable. Con ello, queda en duda si en verdad las medidas y acuerdos internacionales a los que el país se ha comprometido para alcanzar sus objetivos de reducción de contaminantes están bien planificados, o simplemente, no se han llevado a cabo adecuadamente.
Sadhguru, yogui y místico indio expresa “Si supieras el dolor de un árbol, un animal, o cualquier cosa en la existencia como conoces el dolor de tu cuerpo, mantendrías todo bien”. Lo cual deja como reflexión y posibilidad, el que los seres humanos encaminen su vida a practicar acciones premeditadas conscientemente para el bienestar del planeta, y no sólo hábitos impulsados de manera egoísta al confort individual.
[1] Pueden ser consultados en el Australian Government Bureau of Meteorology (http://www.bom.gov.au/)
Referencias
Australian Government Initiative. (Recuperado el 3 de Febrero de 2020). Bushfires and water quality. Water Quality Australia. Obtenido de https://www.waterquality.gov.au/issues/bushfires
BBC News. (7 de Enero de 2020). How did Australia fires start and what is being done? A very simple guide. Obtenido de https://www.bbc.com/news/world-australia-50980386
Pickrell, J. (10 de Enero de 2020). Australia’s raging fires will create big problems for fresh drinking water. National Geographic. Obtenido de https://www.nationalgeographic.com/science/2020/01/australian-fires-threaten-to-pollute-water/
Khan, S. (6 de Enero de 2020). Bushfires threaten drinking water safety. The consequences could last for decades. The Conversation. Obtenido de http://theconversation.com/bushfires-threaten-drinking-water-safety-the-consequences-could-last-for-decades-129353
Zaveri, M. & Rueb, E. (11 de Enero de 2020). How Many Animals Have Died in Australia’s Wildfires?. The New York Times. Obtenido de https://www.nytimes.com/2020/01/11/world/australia/fires-animals.html