Autora: Ing. Regina Mijares Fajardo
Con la alarmante noticia de la situación en la selva amazónica, los incendios forestales han sido un tema de constante discusión mundial. En este artículo te informamos sobre la relación que tiene el cambio climático y las sequías con los incendios forestales.
Un estudio publicado por la UCS (Union of Concerned Scientists, 2019) indica que, según los pronósticos del cambio climático, se espera que el aumento en las temperaturas globales provoque una intensificación del ciclo hidrológico, en otras palabras, se estima un aumento en la evaporación del agua en la superficie terrestre. Esto provocará un crecimiento en el déficit del contenido de agua de los suelos y la vegetación, especialmente durante las estaciones cálidas. Los modelos climáticos también proyectan cambios en la distribución y duración de las estaciones de lluvia. La combinación de una disminución en las lluvias de verano y una mayor evaporación conducirá a sequías más intensas y prolongadas en algunas áreas.
Con el aumento en la frecuencia de sequías, se verán afectados los ecosistemas terrestres naturales, los sistemas costeros y la calidad y cantidad de agua dulce. El aumento de la frecuencia de sequías también tiene el potencial de aumentar la probabilidad de incendios forestales.
Las proyecciones de los modelos de cambio climático de la organización UCS sugieren una mayor vulnerabilidad a la sequía en ciertas áreas debido a los altos niveles de CO2 atmosférico, lo cual generalmente predice veranos más secos en latitudes altas del hemisferio norte. En estas regiones, así como en las cuencas hidrográficas montañosas, la disminución en las precipitaciones invernales y el aumento en las temperaturas más cálidas provocan un déficit precoz de agua en el suelo durante primavera, lo cual aumenta la probabilidad de sequía. Un aumento en la proporción de lluvia-nieve, el deshielo acelerado de primavera y una temporada de nieve más corta, conducirán a un escurrimiento de agua superficial mayor en la primavera temprana, sin embargo, reducirán el flujo durante el verano.
La susceptibilidad a los incendios forestales aumenta durante los períodos de sequía. Durante los años de 1997 y 1998, el evento climático conocido como El Niño se presentó con categoría de intensidad “Fuerte” y este a su vez se asoció con condiciones extremadamente secas y grandes incendios forestales en muchas áreas del mundo, incluidas Indonesia, el este de Rusia, Brasil, América Central y Florida.
No obstante, si bien los métodos de tala y quema de tierras desencadenaron muchos de estos incendios, las severas condiciones de sequía favorecieron que los fuegos se extendieran fuera de control. Las sequías han sido relativamente frecuentes desde finales de la década de los 70 y en algunas áreas la sequía generalmente se presenta simultánea a los eventos de El Niño. Un nuevo estudio sugiere que el cambio climático puede producir una condición parecida al fenómeno de El Niño casi permanente o estable en la cuenca del Pacífico. De esta manera, si aumenta la frecuencia de El Niño con categoría de intensidad fuerte, la frecuencia y severidad de las sequías y los incendios forestales también pueden aumentar, con efectos potencialmente devastadores en los ecosistemas y especies.
Referencia.
UCS, Union of Concerned Scientists. (2019). Early Warning Signs of Global Warming: Droughts and Fires. Retrieved 1 September 2019, from https://www.ucsusa.org/global_warming/science_and_impacts/impacts/early-warning-signs-of-global-4.html