Primera parte
Autor: Pedro Andrés Sánchez Gutiérrez
Las capas de hielo y los glaciares ubicados en Groenlandia y la Antártida están desapareciendo más rápido de lo esperado (Kintisch, 2017).
Entre 2011 y 2014, los datos satelitales y de modelación permitieron encontrar que la capa de hielo de Groenlandia perdió aproximadamente 269 mil millones de toneladas de nieve y hielo anualmente, elevando el nivel del mar alrededor de 0.74 mm cada año (Kintisch, 2017); ver Figura 1. Dicho gráfico, además, sugiere que estamos atestiguando en este caso una deriva climática más que un cambio climático.
Las grandes formaciones de hielo terrestre se retraen naturalmente cada verano, pero las temperaturas inusualmente cálidas de las últimas décadas, tanto del océano como la atmosférica, se prevé que lleven al derretimiento de estas masas de hielo a tasas cada vez mayores que las observadas en el pasado reciente (National Oceanic Atmospheric Administration, 2017).
Esta rápida disminución en el volumen de hielo ha desencadenado un ciclo de retroalimentación positivo para un calentamiento adicional y perpetúa el aumento del nivel del mar (Kintisch, 2017).
En la Teoría de Sistemas Dinámicos, los sistemas inestables están formados por ciclos de retroalimentación (o bucles) positivos (García, 2012). Por ejemplo, el agua líquida en los glaciares, junto con la vida vegetal y microbiana que fomenta, oscurecen el hielo, aumentando la absorción de energía solar, lo que conduce a un mayor derretimiento del hielo (Kintisch, 2017). Además, estos ciclos de retroalimentación positivos están asociados a la posible liberación de metano (un muy poderoso gas de efecto invernadero); lo anterior, en vastas áreas de tundra en Siberia, entre otras (Watts, 2018).
También, los científicos están discutiendo los impactos de las corrientes de hielo derretido en el mar, ubicadas tanto dentro como debajo de las capas de hielo, lubricándolas y provocando que se dirijan más rápidamente mar adentro (Nunez).
Por último, y acerca del Ártico nuevamente, se ha determinado que la extensión del hielo marino es ahora poco más de dos millones de kilómetros cuadrados menos de lo que era a fines del siglo XX; esto, con importantes consecuencias para el clima, el océano y los estilos de vida tradicionales en el Ártico (ver Fig. 2). Esta pérdida de hielo marino, precisamente, representa una disminución del orden del 20% respecto a la media histórica correspondiente al periodo comprendido entre los años 560 y 2000 (Kinnard, y otros, 2011).
Referencias
García, J. M. (2012). Dinámica de sistemas. Ejercicios. (J. M. García, Ed.) Barcelona, España.
Kinnard, C., Zdanowicz, C. M., Fisher, D. A., Isaksson, E., de Vernal, A., & Thompson, L. G. (2011, November 24). Reconstructed change in Arctic sea ice over the past 1,450 years. Nature, 479, 509-513. doi:10.1038/nature10581
Kintisch, E. (2017, February 23). The great Greenland meltdown. Retrieved from Sciencemag: http://www.sciencemag.org/news/2017/02/great-greenland-meltdown
National Oceanic Atmospheric Administration. (2017, November). Is sea level rising? Retrieved from National Oceanic Atmospheric Administration: https://oceanservice.noaa.gov/facts/sealevel.html
Nunez, C. (n.d.). Sea level rise, explained. Retrieved from National Geographic: https://www.nationalgeographic.com/environment/global-warming/sea-level-rise/
Watts, J. (2018, February 27). Arctic warming: scientists alarmed by ‘crazy’ temperature rises. Retrieved from The Guardian: https://www.theguardian.com/environment/2018/feb/27/arctic-warming-scientists-alarmed-by-crazy-temperature-rises