Autor: Pedro Andrés Sánchez Gutiérrez
Los bosques son más que árboles; son una fuente de alimentos, agua y medios de subsistencia, y son imprescindibles para el ecosistema global. Cuando se gestionan de manera sustentable, aumentan la resiliencia, proveen servicios económicos, una variedad de servicios ambientales y oportunidades de empleo. Asimismo, los bosques absorben y almacenan dióxido de carbono y proporcionan hábitats para un gran número de especies (Food and Agriculture Organization of the United Nations, 2016).
Los bosques juegan un papel integral en el ciclo del agua. En un ecosistema sano, la lluvia es absorbida por el suelo y los árboles circundantes. Parte del agua absorbida regresa a la atmósfera a través de la transpiración -la liberación de agua de las hojas de las plantas durante la fotosíntesis-. El agua que es transpirada contribuye a la formación de nubes de lluvia que distribuyen el agua de regreso al bosque. Cuando se eliminan los árboles del ecosistema, se vierte menos agua a la atmósfera y cae menos lluvia en el área circundante (Mongabay, 2020).
El cambio climático puede exacerbar muchas de las amenazas que enfrentan los bosques. Por ejemplo, las sequías hacen que los bosques sean más susceptibles a incendios y aumentan la probabilidad de que dichos eventos sean intensos y de larga duración (Union of Concerned Artists, 2020).
La deforestación es uno de los principales impulsores de la desertificación o la transformación de tierras fértiles en desierto. Si bien los humanos son el mayor impulsor de la deforestación -con frecuencia debido a la tala de árboles para aumentar el pastoreo o permitir que los animales de granja pasten en exceso-, el cambio climático exacerba este proceso. El calentamiento de la temperatura del aire y la disminución de la precipitación pueden provocar sequías más prolongadas e intensas, así como impedir el crecimiento de la vegetación (Intergovernmental Panel on Climate Change, 2019).
Las Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (INDC, por sus siglas en inglés) constituyen los esfuerzos de cada país miembro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se proponen realizar para cumplir con el objetivo global de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a un nivel tal de no aumentar la temperatura de la superficie del planeta por encima de los 2 °C; mismo que fue adoptado en la Conferencia de las Partes (COP, por sus siglas en inglés) No. 21 llevada a cabo en París, Francia en el mes de diciembre de 2015 (United Nations Framework Convention on Climate Change, 2015).
Como parte de sus INDC, México está obligado a alcanzar en el año 2030 la tasa cero de deforestación (Gobierno de la República, 2015). Sin embargo, durante los últimos 19 años en el país se han perdido 4 millones de hectáreas de cobertura arbórea, con una aceleración marcada reciente: tan sólo en los últimos 4 años ocurrió el 29% del total de dicha pérdida. Ver Fig. 1 (Global Forest Watch, 2020a).
Otro aspecto trágico es que, del total de la deforestación en México, en el año 2001 la correspondiente a bosque primario representó el 5%; para el año 2019, dicha proporción ascendió al 20% (Global Forest Watch, 2020a) (Global Forest Watch, 2020b).
Las entidades federativas que cuentan con mayor cobertura arbórea en el país (los estados del Sureste y de la Península de Yucatán) son también los que mayor deforestación han presentado en las últimas dos décadas (Global Forest Watch, 2018) (Global Forest Watch, 2020a). Entre ellos, por ejemplo, Oaxaca ocupa el 6° lugar en pérdida de cobertura arbórea durante el periodo 2001-2017 (Global Forest Watch, 2018), con una pérdida acumulada de 288,000 hectáreas en dicho periodo.
Así, no es de extrañar que en la cuenca del Río Verde (sur de Oaxaca), que contabiliza 1,100 km2 (Comisión Nacional del Agua, 2017) se haya notado que, entre las observaciones de precipitación correspondientes al mes de junio durante los últimos 40 años, la menor de todas haya ocurrido en el año 2019 (SERVIR GLOBAL, 2020). Caso similar se observa para el mes de septiembre: en el año 2018 se registró la segunda menor precipitación en los últimos 40 años (SERVIR GLOBAL, 2020). Cabe mencionar que Junio y Septiembre son los meses más lluviosos en dicha cuenca; de hecho, las tendencias de precipitación en ambos meses son a la baja considerando los últimos 20 años. Ver Figs. 2 y 3.
Por su parte, en la cuenca aledaña Río Atoyac-Paso de la Reina, con un área de 5,800 km2 (Comisión Nacional del Agua, 2017), se puede observar que, en los últimos 40 años, el mes de Junio de 2019 registró la segunda menor precipitación de dicha época del año, y el mes de Septiembre de 2018 fue el mes de Septiembre con la menor precipitación (SERVIR GLOBAL, 2020). Por su parte, las tendencias de dicha variable hidrometeorológica en los últimos veinte años para ambos meses son nula y a la baja, respectivamente. Ver Figs. 4 y 5.
Faltando 10 años para cumplirse el plazo de tener una tasa cero de deforestación a nivel nacional, es necesario reforzar el cumplimiento de la normatividad correspondiente e incentivos para una mayor protección de los bosques en México. No es sólo cuestión de la conformidad con tratados internacionales: se está poniendo en riesgo la biodiversidad y el sustento de vida de la siguiente generación de mexicanos.
Foto de Portada: Fuente Unsplash
Referencias
Comisión Nacional del Agua. (4 de Septiembre de 2017). Acuerdo por el que se dan a conocer los resultados del estudio técnico de las aguas nacionales superficiales en las cuencas hidrológicas pertenecientes a la Región Hidrológica número 20 Costa Chica de Guerrero. (S. d. Gobernación, Ed.) Obtenido de Diario Oficial de la Federación: http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5496053&fecha=04/09/2017
Food and Agriculture Organization of the United Nations. (2016). Forests and Climate Change. Obtenido de http://www.fao.org/3/a-i6374e.pdf
Global Forest Watch. (2018). Ubicación de la pérdida de cobertura arbórea en México. Recuperado el 21 de August de 2020, de Cambio forestal (México): https://www.globalforestwatch.org
Global Forest Watch. (2020a). Pérdida de cobertura arbórea en México. Recuperado el 21 de August de 2020, de Cambio forestal (México): https://www.globalforestwatch.org
Global Forest Watch. (2020b). Pérdida del bosque primario en México. Recuperado el 21 de August de 2020, de Resumen (México): https://www.globalforestwatch.org
Gobierno de la República. (2015). Compromisos de Mitigación y Adaptación ante el Cambio Climático para el periodo 2020-2030. Ciudad de México: México.
Intergovernmental Panel on Climate Change. (2019). Climate Change and Land. Summary for Policymakers. Obtenido de https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/4.-SPM_Approved_Microsite_FINAL.pdf
Mongabay. (16 de Julio de 2020). Rainforests Help Maintain the Water Cycle. Recuperado el 5 de Septiembre de 2020, de Mongabay: https://kids.mongabay.com/elementary/404.html#content
SERVIR GLOBAL. (2020). ClimateSERV. (N. O. V3.15.0, Recopilador) Recuperado el 10 de April de 2020, de https://climateserv.servirglobal.net/
Union of Concerned Artists. (11 de Marzo de 2020). The Connection Between Climate Change and Wildfires. Recuperado el 5 de Septiembre de 2020, de https://www.ucsusa.org/resources/climate-change-and-wildfires#.Wuc83dPwbBI
United Nations Framework Convention on Climate Change. (2015). Paris Agreement. Obtenido de http://unfccc.int/files/meetings/paris_nov_2015/application/pdf/paris_agreement_english_.pdf