Las sequías que han dejado huella en la historia de México

Autora: Regina Mijares Fajardo

Las sequías son fenómenos naturales que representan una amenaza importante no sólo para los ecosistemas sino también para el desarrollo y la economía de las sociedades. En México, las sequías tienen una amplia historia de secuelas que han ido marcando la trayectoria de lo que es el país hoy en día. Esta nota presenta en una línea del tiempo los eventos de sequía que han impactado de manera más significativa al país.

 

Época prehispánica

650 d.C.   La caída y abandono de la ciudad de Teotihuacán se ha relacionado con severas condiciones de estrés hídrico, como bajos niveles de recarga en acuíferos y déficit de escurrimiento superficial, provocados por una sequía prolongada en esa época (Lachniet et al., 2012).

820 d.C.   Empieza un intenso periodo de sequías que devastó el sur de la península de Yucatán y se extendió por alrededor de 100 años. Algunas de estas sequías se extendieron durante décadas influyendo fuertemente en la caída de la civilización Maya del sur (Wylie, 2016).

1020 – 1100 d.C.   Una disminución drástica en la precipitación del sur del país se registró durante las fechas puntuales del colapso de la civilización Maya del norte  (Wylie, 2016).

 

Época colonial

1521.   La caída del Imperio Azteca no se atribuye únicamente a la conquista de los españoles, sino también a las devastadoras secuelas que dejó la intensa sequía en Mesoamérica a principios del siglo XVI, la cual propició severas epidemias que favorecieron la mortandad de los aztecas (Cerano Paredes et al., 2011).

1785 – 1786.   «El Año del Hambre», así se le conoce a la sequía más fuerte del periodo colonial, que abarcó casi todo el territorio de la Nueva España y provocó escasez de cosechas y de alimentos (Domínguez, 2016). El llamado Año del Hambre, que debe su nombre a las devastadoras consecuencias agrícolas en la zona central de México, marcó el final de la Megasequía del siglo XVI que provocó hambrunas y epidemias que se prolongaron hasta finales del siglo XVIII (Méndez & Magaña, 2010).

1810.   Estalla la Guerra de Independencia en México. Numerosos historiadores aseguran que fue detonada por factores derivados de la sequía. El Año del Hambre desató una espiral inflacionaria que se prolongó por los siguientes 20 años provocando descontentos sociales y problemas políticos (Domínguez, 2016).

 

Sequías del siglo XX

1910.   Algunos historiadores también relacionan el conflicto armado de la Revolución Mexicana con la sequía de tres años que afectó principalmente a los estados donde se gestó la Revolución (Querétaro, Hidalgo, Chihuahua y Nuevo León). Los municipios que sufrieron sequías severas justo antes de la Revolución tenían sustancialmente más probabilidad de tener actividad insurgente que los municipios donde la sequía fue menos severa (Dell, 2012).

1941-1963.   Los periodos de sequías consecutivas se consideran como la sequía la más crítica del siglo XX en México debido a sus impactos socioeconómicos que incluyen hambrunas y migraciones masivas de zonas rurales a zonas urbanas, e incluso a Estados Unidos.

1997 – 1998.   Uno de los años más secos del siglo, produjo grandes pérdidas económicas que se reflejaron en el orden de dos mil millones de dólares estadounidenses e importantes costos humanos en términos de defunciones (Magana et al., 2003). El inicio de las condiciones anormalmente secas ocurrió durante el verano de 1997, asociado con el establecimiento de fuertes condiciones de El Niño (Bell et al., 1999).

 

Sequías de las últimas décadas

2011 – 2012.   Las autoridades registraron a esta sequía como la más importante en los últimos 70 años, casi el 90% del territorio nacional estaba cubierto por al menos una categoría de sequía, desde sequía moderada hasta sequía excepcional. Resulta interesante analizar lo que sucedía en años anteriores ya que desde 2009 se empezaron a acumular los efectos del último periodo seco. Después, en 2010 las precipitaciones aumentaron por encima del promedio y las medidas de mitigación ante los efectos de la sequía del año anterior pasaron desapercibidas. De esta manera, cuando las precipitaciones volvieron a disminuir en 2011, las condiciones de déficit hídrico que tenía el país incrementaron la severidad de la escasez de agua.

 

Conclusiones

A lo largo de la historia de México, las sequías han jugado un papel importante en múltiples acontecimientos que han formado el país que tenemos hoy en día. En las épocas más antiguas se daba una explicación divina a la ocurrencia de sequías, sin embargo, en la actualidad la ciencia abre la posibilidad de entender con más certeza las causas de estos eventos. Por ejemplo, los estudios han demostrado que las condiciones de El Niño en el océano Pacífico ecuatorial están relacionadas con condiciones secas en el centro y sur del país. Efectivamente, la sequía de 1998 ocurrió durante uno de los eventos de El Niño más intensos en los últimos 150 años. Por otro lado, se ha visto que los eventos de La Niña están vinculados a condiciones secas en el norte del país, esto es lo que ocurrió recientemente durante los veranos de 2021 y 2022, donde las condiciones características de un episodio prolongado de La Niña se relacionan con la sequía que afectó importantemente al norte del país.

Con el desarrollo de la ciencia, las medidas gubernamentales en torno a la agenda pública contra la sequía se han ido actualizando e incrementando, especialmente después de la sequía de 2012 donde la falta de medidas de mitigación aumentó la severidad de las consecuencias del periodo seco. Sin embargo, aún hace falta sumar esfuerzos para priorizar las medidas de prevención ante estos fenómenos naturales e incrementar la atención hacia el estudio y conocimiento de los factores que pueden estar asociados a la ocurrencia de sequías, por ejemplo, el estado de las circulaciones oceánico-atmosféricas.

 

Referencias

Bell, G. D., Halpert, M. S., Ropelewski, C. F., Kousky, V. E., Douglas, A. v., Schnell, R. C., & Gelman, M. E. (1999). Climate Assessment for 1998. Bulletin of the American Meteorological Society, 80(5). https://doi.org/10.1175/1520-0477-80.5s.s1

Cerano Paredes, J., Villanueva Díaz, J., Valdez Cepeda, R. D., Méndez González, J., & Constante García, V. (2011). Sequías reconstruidas en los últimos 600 años para el noreste de México. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas, 2(SPE2), 235–249. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-09342011000800006&lng=es&nrm=iso&tlng=es

Dell, M. (2012). Path dependence in development: Evidence from the Mexican Revolution. Harvard University, Mimeograph.

Domínguez, J. (2016). Revisión histórica de las sequías en México: de la explicación divina a la incorporación de la ciencia. Tecnología y Ciencias Del Agua, VII(5).

Lachniet, M. S., Bernal, J. P., Asmerom, Y., Polyak, V., & Piperno, D. (2012). A 2400 yr Mesoamerican rainfall reconstruction links climate and cultural change. Geology, 40(3), 259–262. https://doi.org/10.1130/G32471.1

Magana, V. O., Vázquez, J. L., Párez, J. L., & Pérez, J. B. (2003). Impact of El Niño on precipitation in Mexico. Geofisica Internacional, 42(3), 313–330.

Méndez, M., & Magaña, V. (2010). Regional aspects of prolonged meteorological droughts over Mexico and central America. Journal of Climate, 23(5), 1175–1188. https://doi.org/10.1175/2009JCLI3080.1

Wylie, R. (2016, March 8). ¿Qué fue lo que realmente acabó con la civilización maya? BBC Earth.

Sígueme